18 dic 2015

EL PODER DE LAS PALABRAS




Se dice que el silencio es oro y las palabras son plata. Sin embargo, podemos incrementar el valor de las palabras, haciendo que éstas sean precisas, beneficiosas, llenas de buenos sentimientos y llenas de esencia.

El espejo que muestra si el estado interno de la mente es estable y poderoso son nuestras palabras y nuestras acciones. Si nuestras palabras y acciones no están llenas con buenos deseos y sentimientos puros, esto evidencia una deficiencia en el nivel de fortaleza y poder de nuestra mente. Si nuestra mente es positiva, limpia y poderosa, esto se manifestará de forma automática en nuestras palabras y acciones.

A veces, la energía de las palabras se desperdicia, éstas carecen de esencia y de espiritualidad, se vuelven corrientes o incluso triviales. Las palabras llenas de espiritualidad y de esencia crean un impacto en aquellos que las reciben. Con unas pocas palabras, tendrán la experiencia de que han recibido mucho, mientras que las palabras inútiles o innecesarias no producirán beneficio aunque sean muchas.

Una buena práctica para cultivar el poder de las palabras es cuidar la calidad de las mismas, hablar sólo de lo que es necesario o valioso, hacer que las palabras sean dulces, reconfortantes y nunca hirientes, y dejar que el tono de voz sea suave y calmado.

Tales palabras ayudarán a crear una atmósfera precisa, tenderán un puente y llegarán a los corazones de los demás. Las palabras elevadas y espirituales darán un fruto igualmente elevado. Pero incluso si se trata de palabras que se enfocan en temas prácticos, podemos ahorrar el poder de las palabras hablando sólo lo necesario y procurando no entrar en una expansión excesiva.

De la misma forma que practicando y experimentando el silencio interior acumulamos el poder de los pensamientos, es muy beneficioso para el ser acumular el poder de las palabras. Cada recurso personal a nuestra disposición es un tesoro valioso que usado con sabiduría nos da los mejores frutos. Las palabras precisas, positivas, espirituales y llenas de respeto y consideración son un medio fácil de sustentar relaciones armoniosas y livianas con los demás.


Fuente: B. Kumaris.
Publicado por: Virginia Rubio

No hay comentarios :

Publicar un comentario